MICROCHIPS EN HUMANOS

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Albert Cortina

En defensa de la privacidad y de la naturaleza humana

1. Chips implantados en seres humanos

La implantación de microchips y biochips en seres humanos empieza a plantear numerosas cuestiones éticas, legales y sociales a medida que esta práctica se va extendiendo en distintos países y en el conjunto del planeta.

Por ejemplo, en Suecia, miles de personas se están insertando pequeños microchips bajo la piel, lo que les permite no llevar carnets de identidad, tarjetas de crédito ni tarjetas de acceso al trabajo, así como utilizar esos chips NFC (near field communication, por sus siglas en inglés), que resultan ser una evolución de la tecnología RFID, como formas emergentes de biopago, como pases de gimnasio, como nuevas maneras de comprar comida en las máquinas expendedoras, e incluso como sustitutos de los billetes de tren. Actualmente, cerca de 4.000 suecos se han insertado los diminutos chips en sus cuerpos en los últimos tres años según la Agence France-Presse y la empresa Biohax1

En la misma línea, Epicenter2, un centro digital en Estocolmo que alberga a más de 300 laboratorios de startups para grandes empresas, ha puesto el chip a disposición de sus trabajadores y de sus organizaciones miembros en los últimos años. 

Dichos chips electrónicos son del tamaño de un grano de arroz y se implantan en el dorso de la mano mediante una jeringa a través de una sencilla intervención no quirúrgica.

Técnicamente un microchip es un circuito integrado, es una pastilla pequeña de material semiconductor, de algunos milímetros cuadrados de área, sobre la que se fabrican circuitos electrónicos generalmente mediante fotolitografía y que está protegida dentro de un encapsulado de plástico o cerámica. El encapsulado posee conductores metálicos apropiados para hacer conexión entre la pastilla y un circuito impreso.

Por otro lado, los biochips son pequeños dispositivos, similares a los microchips de las computadoras, que presentan una amplia variedad de aplicaciones en el campo de la biología y la medicina. Al igual que sucede con las microcomputadoras, que son capaces de realizar millones de operaciones matemáticas en segundos, algunos biochips son capaces de realizar o analizar millones de reacciones biológicas, también en cuestión de segundos.

Los biochips surgen de la convergencia entre disciplinas científicas aparentemente muy distintas. De la unión de las técnicas de la biotecnología y de las técnicas de la informática nació la bioinformática y, con ella, aparecieron los biochips.

2. Transespecies, auto-diseño y libertad morfológica

En esa línea de innovación tecnológica y de ingeniería social podemos encuadrar a DSruptive una agencia sueca de diseño, de mejora y de aumento humano en relación a sus capacidades de interacción. Dicha compañía desarrolla hardware implantable asequible y abierto que empuja los límites de la naturaleza y de la condición humana, hibridando el cuerpo humano a través del diseño y la tecnología.

La misión de ese colectivo es hacer del hardware implantable una opción de mejora al alcance de todos. Según afirman sus impulsores, “el inicio y la finalidad de mejora constante, de busca de la verdad y del objetivo de todo ser, que es trascender la cascara básica para prevalecer de todos los modos posibles”, resulta un principio de transformación básico que está en el centro de la actividad de esta comunidad.

En su código ético se manifiesta lo siguiente:

En algunos casos, los implantes de chips y el aumento humano son tecnologías controvertidas. Las decisiones de diseño que tomamos hoy pueden tener una influencia significativa en el futuro. Por lo tanto, hemos establecido este código ético para el trabajo que hacemos en Dsruptive y que también pedimos a nuestros diferentes proveedores, clientes y otros socios que sean conscientes y lo respeten.

Creemos que el cuerpo humano es una creación maravillosa, pero profundamente defectuosa. Hay mucho espacio para mejorar la forma en que se crea el cuerpo humano. Creemos que es fundamental y adecuado mejorar la salud humana, la cognición, las capacidades y la capacidad de experiencia con la ayuda de la tecnología.

Cualquier tecnología puede ser aplicada con fines buenos y malos. Como inventores y exploradores en un espacio muy dinámico, no podemos controlar cómo se aplica. Lo que podemos hacer es compartir conocimientos e ideas de la manera más abierta posible. Trabajamos con innovación abierta y plataformas abiertas que otros pueden explorar y desarrollar para sus propias soluciones.

Somos defensores de la libertad morfológica. Creemos que la conciencia que habita en un cuerpo humano es la autoridad suprema de este cuerpo. Corresponde a esta persona como rechazar y aplicar cualquier tecnología de aumento en sí misma tal como lo considere oportuno, siempre que ello no perjudique a nadie.

Concretamente, creemos que las terapias de aumento humano sólo deberían aplicarse por y sobre individuos plenamente informados y consentidores. Nunca trabajaremos con nadie que quiera implantar o modificar personas contra su voluntad o intereses o sin su consentimiento informado explícito” 3.

En dicho código ético vemos como aparece el concepto de “libertad morfológica” que supone el derecho a decidir sobre el propio cuerpo, sin límites ni condicionantes para la autonomía individual.

Esa nueva visión de la libertad de auto-diseño emerge con fuerza en los entornos más radicales y alternativos al sistema. Por ejemplo, en la Declaración anarquista-transhumanista4 – un documento abierto y dinámico inspirado en la política del Partido Transhumanista del Reino Unido5 – ya se plantea esa idea central de la libertad morfológica sin límites.

Otro ejemplo es la Transpecies Society con sede en Barcelona asociada a la Cyborg Foundation. Dicha comunidad se define como “una asociación que da voz a las identidades no humanas y que pretende aumentar la conciencia sobre los retos de los transespecie, defendiendo la libertad de autodiseño y ofreciendo el desarrollo de nuevos sentidos y órganos”6.

En el artículo titulado “El atleta biónico y la muerte de Coubertin. Capacidades humanas aumentadas” (Cortina, 2018)7 ya tratamos extensamente el fenómeno del Biohacking, la Biología DIY y el movimiento Grinder, así como reflexionamos sobre a donde nos podía llevar el derecho ilimitado a decidir sobre el propio cuerpo y como desde una antropología personalista adecuada, a partir de los postulados del Humanismo avanzado (Cortina, 2017)8 podíamos alcanzar un desarrollo integral de la persona en su dignidad, singularidad y libertad, a través de un proyecto humano abierto a la trascendencia.

3. Identificación Biométrica Universal

Por otro lado, entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible para transformar el mundo aprobados por las Naciones Unidas el año 2015, el objetivo 16 titulado “Paz, justicia e instituciones fuertes” establecido para la consolidación de la participación de los países en desarrollo en las instituciones de gobernabilidad mundial, cabe destacar la siguiente meta redactada para alcanzar dicho objetivo: “De aquí a 2030, proporcionar acceso a una identidad jurídica para todos, en particular mediante el registro de nacimientos”9.

Esta meta llevo en el año 2016 a un gran debate sobre si la ONU planeaba que la humanidad integrase un chip de identificación para el año 2030. El simple anuncio sobre si esta tecnología de “Identificación Biométrica Universal” realmente cumpliría con su objetivo de contar con un registro actualizado de todos los hombres, mujeres y niños del planeta, encendió todas las señales de alarma.

Esta iniciativa para el desarrollo fue lanzada originariamente por el Banco Mundial pero un informe publicado por Find biometrics 10 en 2015 volvió a despertar el interés e intriga del mundo entero por lo sorprendente y complejo del proyecto, concebido presumiblemente para garantizar a la humanidad una “identidad legal y única”, habilitando los servicios basados en identificaciones digitales.

La idea del Banco Mundial también fue integrada en los planes de medio y largo plazo de la unidad de Desarrollo Sustentable de la ONU, la cual afirmaba que contar con una tecnología de “Identificación Biométrica Universal” para los ciudadanos de todo el planeta, incluyendo hombres, mujeres y niños serviría para crear un sistema de gestión universal para la atención, dignificación y asistencia globalizada que permitiría presumiblemente incrementar el bienestar de las personas para el 2030.

En este sentido, vemos como en China, poco a poco, se va implementando ese objetivo a través del Sistema de Crédito Social que utiliza la inteligencia artificial, el reconocimiento facial y la reputación digital. Este sistema nos señala el camino a un futuro uniformado, homogéneo, controlado y distópico que no queremos para nuestras sociedades europeas y occidentales, ni para el mundo entero.

¿Qué pasaría si alguien se negase a todas estas reglas del juego que regirán nuestras vidas, en un futuro no muy lejano? Se sobreentiende que las consecuencias podrían ser drásticas para aquellos que se negasen porque tendrían múltiples trabas, por ejemplo, no podrían trabajar al no estar identificados en el sistema, no podrían estar en el circuito económico, no tendrían acceso a la asistencia sanitaria, a las ayudas del gobierno, etc. Resumiendo, se convertirían en unos desterrados sociales.

No es de extrañar que desde algunos ámbitos cristianos se haya querido relacionar este sistema de Identificación Biométrica Universal y la implantación del microchip en seres humanos con el capítulo 13 del Apocalipsis donde se anuncia proféticamente: “[16] Y hacía que a todos, a los pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se pusiesen una marca en su mano derecha, o en sus frentes; [17] Y que ninguno pudiese comprar o vender, sino el que tuviera la señal, o el nombre de la Bestia, o el número de su nombre”.

4. Preservación de la privacidad y de la naturaleza humana

La tecnología pues se va abriendo camino en el campo de la biointegración tecnológica de elementos extraños, electrónicos u ópticos, que guardan u ofrecen información sobre nosotros, pero que hasta ahora se nos muestran más los resultados inciertos que los efectos beneficiosos. Por ello sería bueno también preguntarse ¿dónde están las barreras éticas o legales respecto a este tema?, porque la implementación de estos microchips pronto empezaran a cambiar nuestras vidas, el concepto de privacidad y la esencia misma del ser humano, y porque, a medida que avancen las tecnologías exponenciales, los desafíos serán cada vez mayores.

Este posible programa o agenda 2030 para el Nuevo Orden Mundial, en el que ya estamos inmersos, donde la revolución digital y biotecnológica está a la orden del día y en plena expansión, deberá ser exhaustivamente examinado, estudiado y debatido en todos los ámbitos, ya sea en el científico, social, político, religioso, económico y académico, debido a que no es una apuesta más respecto al futuro o al desarrollo sostenible, sino una revolución esencial para lo que entenderemos por naturaleza y condición humana en las próximas décadas.

La geotecnológia nos pone ante la evidencia de que ese Nuevo Orden Mundial se juega en internet (Frias, 2019) 11 y que necesitamos un nuevo contrato sociodigital que interrelacione derechos humanos y derechos digitales a partir de unos principios éticos compartidos que propongo sean promulgados en una Declaración Universal de los Valores Humanos (Cortina, 2019)12.

 

Es la humanidad la que va caminando hacia nuevos horizontes de futuros inciertos y complejos, cargados de retos inquietantes, pero también de grandes oportunidades y de motivos para la esperanza avanzando sin miedo. Y es esa humanidad la que está a un paso de cambiar, tal vez para siempre, su condición humana (Negro, 2017)13. Por ello debemos estar a la altura de las circunstancias, optando por la mejor vía o quizás la menos nociva, apuntando al ser humano como centro de la vida misma. Por ahora son todo interrogantes, pero es preciso y necesario repensar todo ello a la luz del ser en su esencia integral, de la persona, desde un humanismo avanzado que se fije como objetivo la preservación de la naturaleza humana universal.

 

Barcelona, 9 de abril de 2019

Albert Cortina, abogado y urbanista

Estudio DTUM

1 https://www.linkedin.com/company/biohax/ (último acceso el 07.04.19)
2 https://epicenterstockholm.com/ (último acceso el 07.04.19)
3 http://dsruptive.com/siid/ (último acceso el 07.04.19)
6 https://www.transpeciessociety.com/inicio (último acceso el 07.04.19).

7 Cortina, Albert (2018) El atleta biónico y la muerte de Coubertin. Capacidades humanas aumentadas. Conferencia pronunciada en el Ciclo “Transhumanismo” celebrado en el Palau Macaya de Barcelona durante el curso 2017-18 y organizado por la Oficina del Club de Roma en Barcelona con la colaboración de la Obra Social de “la Caixa” (próxima publicación).

8 Cortina, A. (2017). Humanismo avanzado para una sociedad biotecnológica. Madrid: Ediciones Teconté.
11 Frias, Z. (2019) El nuevo orden mundial se juega en internet. Telos, 110. Madrid: Fundación Telefónica.
12 Cortina, A. (2019) Hacia un nuevo contrato sociodigital. Telos, 110. Madrid: Fundación Telefónica.
13 Negro, D. (2017) La politizacion de la naturaleza humana. Las bioideologías. Madrid: Voz de los sin voz núm. 761.
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